Iglesia Bautista Emmanuel Fundamental Independiente
Friday, March 29, 2024

Lo Que Creemos

Articulos de La Fe
 
Las Santas Escrituras
Creemos las Santas Escrituras (el Antiguo y Nuevo Testamento) ser la plena y verbalmente inspirada palabra de Dios. Las Escrituras son inerrantes y infalibles autoridad final de fe y orden. Los sesenta y seis libros de el Antiguo y Nuevo Testamento son la completa y divina revelación de Dios al hombre. Las Escrituras serán interpretadas de acuerdo al significado histórico-dramático, y toda cuestión de interpretación y significado será determinado por el pastor.  (2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:20-21)
 
 Dispensación
Creemos que las escrituras interpretadas en el sentido literal y natural revelan las divinas dispensaciones o reglas para la vida que definen las responsabilidades del hombre en edades sucesivas. Estas dispensaciones no son maneras de salvación sino que son administraciones ordenadas divinamente y por la cual Dios dirige al hombre de acuerdo a Su propósito. Tres de estas dispensaciones — la ley, la iglesia, y el reino — son temas de revelación detallados en las Escrituras.  (Génesis 1:28; 1 Corintios 9:17; 2 Corintios 3:9-18; Gálatas 3:13-25; Efesios 1:10; 3:2-10; Colosenses 1:24-25, 27; Apocalipsis 20:2-6)
 
El Pecado
Creemos en la universalidad y perversidad del pecado. Creemos que el hombre es pecador por naturaleza y por elección. (Ezequiel 18:4; Romanos 3:10-26; 6:23; 5:12)
 
El Cielo y el Infierno
Creemos que el cielo es un lugar de bendición eternal y que es el destino de los creyentes. Creemos que el infierno es un lugar de eterno sufrimiento y el destino del que no ha creído en Cristo (2 Corintios 5:1-10; Apocalipsis 20:1-15; 21:2).
 
La Trinidad
Creemos en un Dios triuno, eternalmente existiendo en tres personas — Padre, Hijo y Espíritu Santo — cada uno co-eternal en ser, co-idéntico en naturaleza, iguales en poder y gloria y teniendo los mismos atributos y perfecciones. (Deuteronomio 6:4; Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14; Juan 14:10, 26).
 
La Persona y Trabajo de Cristo
Creemos que el Señor Jesucristo, el eterno Hijo de Dios, se hizo hombre sin dejar de ser Dios, habiendo sido concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María, para que revelara a Dios y redimiera al hombre pecador (Isaías 7:14; 9:6; Lucas 1:35; Juan 1:1-2,14 ; 2 Corintios 5:19-21; Gálatas 4:4-5; Filipenses 2:5-8).
Creemos que el Señor Jesucristo obtuvo nuestra redención por su muerte en la cruz y como representante, vicario sacrificio substituyente  y que nuestra justificación es hecha segura por su resurrección literal y física de los muertos. (Hechos 2:18-36; Romanos 3:24-25; 1 Pedro 2:24; Efesios 1:7; 1 Pedro 1:3-5).
Creemos que el Señor Jesús ascendió al cielo y es ahora exaltado a la diestra de Dios donde Él como nuestro sumo sacerdote cumple el ministerio de Representante, Intercesor, y Abogado (Hechos 1:9-10; Hebreos 9:24-25; Romanos 8:34; 1 Juan 2:1-2).
 
La Persona y Trabajo del Espíritu Santo
Creemos que el Espíritu Santo es una persona que redarguye al mundo de pecado, de justicia y de juicio y que Él es el Agente Supernatural en regeneración, bautizando todo creyente al cuerpo de Cristo, morando en y sellándolos hasta el día de redención. (Juan 16:8-11; Romanos 8:9; 1 Corintios 12:12-14; 2 Corintios 3:6; Efesios 1:13-14).
Creemos que Él es el Maestro divino quien asiste a creyentes a comprender las Escrituras y que es el privilegio y deber de cada creyente de ser lleno del Espíritu Santo (Efesios 1:17-18; 5:18; 1 Juan 2:20,27).
Creemos que Dios es soberano en la dadiva de dones espirituales a cada creyente.  Dios especialmente usa evangelistas, pastores, y maestros para equipar a los creyentes para que ellos puedan hacer el trabajo del ministerio (Romanos 12:3-8; 1 Corintios 12:4-11, 28; Efesios 4:7-12).
Creemos que los dones del Espíritu Santo, como el hablar en lenguas y el don de sanar fue hecho temporalmente. Hablando en lenguas nunca era en común ni era señal de bautismo y llenura del Espíritu Santo, y que la redención del cuerpo de enfermedad ó muerte espera la consumación de nuestra salvación en la resurrección, aunque Dios frecuentemente contesta las oraciones de creyentes para sanidad física  (1 Corintios 1:22; 13:8; 14:21-22).
 
La Depravación Total del Hombre
Creemos que el hombre fue creado a la imagen y semejanza de Dios; pero por el pecado de Adán, la humanidad callo, heredó una naturaleza pecaminosa, y fue apartado de Dios.  El hombre es totalmente depravado y por si mismo no puede remediar su condición perdida  (Génesis 1:26-27; Romanos 3:22-23; 5:12; 6:23; Efesios 2:1-3; 4:17-19).
 
Salvación
Creemos que la salvación es el regalo de Dios traído al hombre por gracia y  recibido por fe personal en el Señor Jesucristo, cuya preciosa sangre fue derramada en la cruz del Calvario para perdonar nuestros pecados. Creemos que todo pecado, menos blasfemia del Espíritu Santo, es perdonable (Juan 1:12; Efesios 1:7; 2:8-10; 1 Pedro 1:18-19; Mateo 12:31-32; 1 Juan 1:9).
 
La Seguridad Eterna y Seguranza de Creyentes
Creemos que todo redimido, una vez salvo, es guardado por el poder de Dios y de esa manera es asegurado en Cristo para siempre (Juan 6:37-40; 10:27-30; Romanos 8:1, 38-39; 1 Corintios 1:4-8; 1 Pedro1:4-5).
Creemos que es el privilegio de los creyentes de regocijarse en la seguranza de su salvación por el testimonio de la palabra de Dios, quien claramente prohíbe el uso de la libertad cristiana para dar ocasión a la carne (Romanos 13:13-14; Gálatas 5:13; Tito 2:11-15).
 
La Iglesia
Creemos que la iglesia local, quien es el cuerpo y novia de Cristo, es solamente compuesta de personas renacidas en Cristo (1 Corintios 12:12-14; 2 Corintios 11:2; Efesios 1:22-23; 5:25-27).
Creemos que el establecimiento y continuación de iglesias locales es claramente enseñado y definido en las Escrituras del Nuevo Testamento (Hechos 14:27; 20:17, 28-32: 1 Timoteo 3:1-13; Tito 1:5-11).
Creemos en la autonomía de la iglesia local siendo libre de cualquier autoridad y control externo (Hechos 13:1-4; 15:19-31; 20:28; Romanos 16:1, 4; 1 Corintios 3:9, 16; 5:4-7, 13; 1 Pedro 5:1-4).
Reconocemos el Bautismo por agua, la Cena Del Señor como las ordenanzas escriturales de obediencia para la iglesia en esta edad. (Mateo 28:19-20; Hechos 2:41-42; 18:18; 1 Corintios 11:23-26).
 
Separación
Creemos que todos los salvos deben vivir de tal manera de no traer reproche a su Salvador y Señor. Dios manda Su pueblo de separarse de toda apostasía religiosa, todo placer, práctica, y asociación mundana y pecaminosa, y de abstenerse de toda apariencia inmodesta é inmoderada. (Deuteronomio 22:5; Romanos 12:1-2; 14:13; 2 Corintios 6:14-7:1; 2 Timoteo 3:1-5; 1 Juan 2:15-17; 2 Juan 9-11; Levíticos 19:28; 1 Corintios 6:19-20).
 
La Segunda Venida De Cristo
Creemos en esa Esperanza Bienaventurada, la venida personal y eminente de Cristo quien arrebatará a su iglesia antes del periodo de la tribulación de siete años. Al final de la tribulación, Cristo personalmente y visiblemente vendrá con Sus santos para establecer su reino terrenal que fue prometida a la nación de Israel (Salmos 89:3-4; Daniel 2:31-45; Zacarías 14:4-11; 1 Tesalonicenses 1:10; 1 Tesalonicenses 4:13-18; Tito 2:13; Apocalipsis 3:10; 19:11-16; 20:1-6).
 
El Estado Eternal
Creemos en la resurrección del cuerpo de todo hombre: los salvos a vida eterna en el cielo, y los que no han sido salvos a juicio y castigo eterno en el infierno  (Mateo 25:46; Juan 5:28, 29; 11:25-26; Apocalipsis 20:5-6, 12-13).
Creemos que las almas de los redimidos son, al morir, ausentes del cuerpo y presentes con el Señor, donde en beatitud, conscientemente esperan la primera resurrección, donde espíritu, alma y cuerpo son reunidos para ser glorificados con el Señor.(Lucas 23:43; 2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23; 3:21; 1 Tesalonicenses 4:16-17; Apocalipsis 20:4-6).
Creemos que las almas de los que no han creído permanecen, después de la muerte, en castigo y tormento hasta la segunda resurrección, cuando con alma y cuerpo reunidos, se presentarán delante el Gran Trono Blanco donde serán juzgados y serán lanzados en el lago de fuego, donde nunca morirán y conscientemente sufrirán castigo tormento eternal. (Mateo 25:41-46; Marcos 9:43-48; Lucas 16:19-26; 2 Tesalonicenses 1:7-9; Judas 6-7; Apocalipsis 20:1-15).
 
La Personalidad de Satanás
Creemos que Satanás es una persona, el autor del pecado y la causa de la caída del hombre: que él es el declarado enemigo de Dios y hombre; y que él será juzgado eternamente en el lago de fuego (Job 1:6-7; Isaías 14:12-17; Mateo 4:2-11; 25:41; Apocalipsis 20:10).
 
La Creación
Creemos que Dios creó el universo en seis días literales de periodos de veinte y cuatro horas.  Rechazamos las creencias de la evolución, la teoría del espacio, la teoría de la edad del día, y evolución teística como teorías de origen que no son basadas en las Escrituras (Génesis 1-2; Éxodo 20:11).
 
La Relación de La Familia
Creemos que hombres y mujeres son espiritualmente iguales en posición ante Dios pero que Dios ha ordenado funciones espirituales distintas y separadas para hombres y mujeres en el hogar y en la iglesia. El esposo debe ser el líder de el hogar, y hombres deben ser los lideres (pastores y diáconos) de la iglesia. Por consiguiente, solamente hombres son elegibles para licenciatura y ordenación por la iglesia. (Gálatas 3:28; Colosenses 3:18; 1 Timoteo 2:8-15; 3:4-5, 12).
Creemos que Dios ha ordenado la familia como la institución fundadora de la humanidad.  El esposo debe amar a su esposa como Cristo amó la iglesia. La esposa debe someterse al liderazgo espiritual de su esposo así como la iglesia se somete a la cabeza de Cristo. (Génesis 1:26-28; Marcos 10:6-12; 1 Corintios 7:1-16; Efesios 5:21-33; Colosenses 3:18-19; Hebreos 13:4; 1 Pedro 3:1-7).
Creemos que los hijos son herencia del Señor. Los Padres son responsables de enseñar a sus hijos los valores espirituales y morales y también de guiarlos a través de un estilo de vida consistente con la palabra de Dios. Es nuestra convicción basada de acuerdo a las Santas Escrituras (La Biblia) que un “hijo consentido avergonzara a su madre.” (Proverbios 29:15) y que la necedad está ligada en el corazón del muchacho: Mas la vara de corrección la alejará de él.” (Proverbios 22:15). Creemos que el hijo debe recibir castigo cuando sea necesario, administrado con amor y interés y acompañado de una explicación, porque él/ella ha sido castigado. Creemos que es importante de orar con el hijo quien ha sido azotado y animarle de buscar el perdón de Dios y Su ayuda para vivir como debe. (Éxodo 20:12; Deuteronomio 6:4-9; Salmos 127:3-5; Proverbios 19:18; 22:15; 23:13-14; Efesios 6:1-4; Colosenses 3:20-21).
 
El Amor
Creemos que debemos mostrar amor para con otros, y no solamente a los hermanos en Cristo, pero también a aquellos que todavía no son creyentes y a aquellos que se oponen a nosotros. Debemos de tratar los que se oponen a nosotros con gracia, gentileza, paciencia, y humildad. Dios prohíbe la creación de rencia, tomando venganza, y la amenaza o el uso de violencia como manera de resolver conflictos personales y obteniendo justicia personal. Aunque Dios nos manda aborrecer acciones pecaminosas, debemos amar y orar por cualquier persona que hace tales cosas (Levítico 19:18; Mateo 5:44-48; Lucas 6:31; Juan 13:34-35; Romanos 12:9-10; 17-21; 13:8-10; Filipenses 2:2-4; 2 Timoteo 2:24-26; Tito 3:2; 1 Juan 3:17-18).
 
Misiones
Creemos que Dios ha dado a la iglesia una gran comisión de proclamar el evangelio a todas las naciones para que pueda haber una gran multitud de cada nación, tribu, grupo étnico, cada lenguaje que crea en si al Señor Jesucristo. Como embajadores de Cristo debemos usar todo medio disponible para ir a las naciones extranjeras y no esperar que ellos vengan a nosotros. (Mateo 28:19-20; Marcos 16:15; Lucas 24:46-48; Juan 20:21; Hechos 1:8; 2 Corintios 5:20).
 
El Dar
Creemos que cada cristiano, como buen mayordomo de la porción de riqueza que Dios le ha dado, es obligado apoyar su iglesia local financieramente. Creemos que Dios ha establecido el diezmo como la base para dar, pero cada Cristiano también debe dar otras ofrendas sacrificatoriamente y alegremente para el sostenimiento de la iglesia, al alivio de aquellos necesitados, y la extensión del evangelio. Creemos que el Cristiano abandona todo derechos para dirigir el uso del diezrno y ofrendas después de que el obsequio es dado sabiendo que este será usado para gastos necesarios de la iglesia y para el adelantamiento del evangelio (Génesis 14:20; Proverbios 3:9-10; Hechos 4:34-37; 1 Corintios 16:2; 2 Corintios 9:6-7; Gálatas 6:6; Efesios 4:28; 1 Timoteo 5:17-18; 1 Juan 3:17).